viernes, 27 de septiembre de 2013

QUÉ HACER CON ESPAÑA



Con ese  título se ha publicado un ensayo ampliamente publicitado y citado, de lectura fácil  y propuestas provocadoras.El autor, desde un planteamiento neoliberal, hace un relato, convincente con muchos argumentos históricos, en un lenguaje directo, prescindiendo de datos.En una primera parte, de carácter histórico, asume  la concepción de la historia de Hegel para concluir que, caído el muro de Berlín y derrotado el comunismo, la Historia se ha terminado, pues el capitalismo ha triunfado y las demás ideologías no tienen nada que ofrecer. Esas tesis, expuestas en su día por Fukuyama provocaron un ardiente debate intelectual. Hoy son menos polémicas, pero por falta de foros adecuados. Es más, el incremento de las desigualdades probablemente provocará conflictos de mayor o menor intensidad.

Partiendo de esa premisa declara que no es previsible que la civilización occidental sea superada en un plazo de varias generaciones. Luego analiza lo que llama capitalismo castizo, sintetizado en una imagen, el palco del Bernabeu, o concentración de dirigentes empresariales que viven de los reguladores o de las subvenciones y del mundo político, que regulan y conceden la dádivas.
Finalmente desgrana sus propuestas: instituciones, partidos, ley electoral, reguladores, justicia, es decir una completa revisión del sistema político, para analizar luego los mercados de trabajo, vivienda y las pensiones.

Como se deduce, estamos ante un émulo de Acemoglu y su teoría de las clases extractivas. Cree Molinas que el enorme problema de España es la política primero, luego Madrid, y finalmente la ideología  centralista, consecuencia de los dos anteriores. No cree que haya alternativa al modelo de economía dual que impulsa el actual Gobierno de España.

Como suele ocurrir en este tipo de análisis, los datos seleccionados corroboran las tesis, y los datos contradictorios se omiten. Molinas cree que nuestro futuro es trabajar como los chinos y cobrar de forma similar o innovar mucho con largos períodos de inactividad laboral. Y con cada persona dueña de su destino .Esa sociedad profundamente liberal en lo económico, sería, también profundamente desigual, un peaje que nuestro autor juzga inevitable. Y así 300 páginas.


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