jueves, 13 de agosto de 2015

LA MAREA, CONTRA LA CULTURA

El nuevo gobierno municipal coruñés se ha encontrado con dificultades de financiación de las fiestas de verano. En realidad y desde hace muchos años, se han financiado con una operación de modificación presupuestaria. La novedad en 2015, es la fuente de recursos elegida. Si en el pasado se obtenían economías del capítulo de personal o del gasto corriente, este año el gobierno municipal propone detraerlos del Consorcio para la Promoción de la Música, medio millón de euros, y de partidas para la promoción de empleo y educación.

Toda decisión política implica una selección de valores y objetivos. El mensaje que parece enviar el gobierno municipal en minoría es doble. De un lado la música culta deja de ser prioritaria, de otro las prioridades del pasado se abandonan, aún cuando hayan sido símbolos de la ciudad. Las primeras consecuencias están a la vista. La Sociedad Filarmónica, con un siglo de vida, entra en crisis. El festival Jazzatlántica se suspende. La Orquesta Sinfónica se verá obligada a reducir su actividad. En paralelo se ha dejado pasar la oportunidad de tramitar subvenciones para ese fin de la Diputación Provincial.

El populismo de las medidas es evidente. A estas alturas del siglo XXI, la distinción entre cultura popular y cultura de élite es anacrónica. Ambas formas y todas sus modalidades conviven en todos los lugares y se nutren mutuamente entremezclándose en muchos géneros híbridos. Optar en Coruña por resucitar la división, además de populachero es inútil. Los tiempos y el mundo van en otra dirección. Pero a corto plazo pueden hacer mucho daño. Las organizaciones de alto nivel artístico, y la Orquesta Sinfónica de Galicia lo es en grado sumo, son frágiles. La falta de perspectiva, la inseguridad en el funcionamiento, pueden provocar a corto plazo una desbandada de sus líderes artísticos más inquietos y en consecuencia el deterioro grave de su calidad. Ese es el riesgo que el Alcalde y su equipo no parecen haber medido. O tal vez sí.

En 1979 una formación similar a la Marea, se hizo con la Alcaldía coruñesa. Resistió dos años hasta caer víctima de sus tensiones internas, de su fracaso de gestión y dejando el recuerdo de un tiempo perdido para la ciudad.