viernes, 16 de agosto de 2013

LECTURAS DE VERANO 1




Dos lecturas similares en sus objetivos, aunque radicalmente distintas en la forma y en el alcance.Para explicar la crisis actual, Tony Judt, historiador del mundo contemporáneo, rastrea antecedentes en el siglo pasado y elabora una defensa de la socialdemocracia como mecanismo más justo de redistribución de la riqueza, con toda la fuerza de quien se estaba muriendo conscientemente durante la redacción del mismo a causa de una parálisis progresiva. El libro queda como un testamento lúcido de un intelectual.

Muñoz Molina, novelista, que no rehuye su papel de intelectual en el debate público, opta por otro registro. Circunscribiéndose a España, se situa en una posición regeneracionista, tomando ideas de la Institución Libre de Enseñanza y predicando una ética civil y la modificación de discursos y acciones políticas. Dando carta de naturaleza al desencanto con la situación actual, y en una prosa muy expresiva, denuncia las incongruencias de una sociedad que en el tránsito de tres décadas, pasó del retraso comparativo a un elevado nivel de vida y bienestar. Pero pierde el pulso narrativo hacia la mitad de su ensayo, repitiendo ideas e imágenes.Cuando éstas sirven   para describir el despilfarro económico, las inconsecuencias de la política autonómica, el mal espectáculo de la política partidaria, son rotundas, a veces crueles, basadas en su propia experiencia y en el análisis de la prensa de la época.

Donde Judt defiende una alternativa política, Muñoz Molina opta por una posición ética ante la vida pública, que por momentos recuerda a Azaña. Pero la fuerza de ambos alegatos, unida a su razonable extensión, hacen de ellos obras adecuadas para esta tregua tácita en la que discurre el mes de agosto.