miércoles, 25 de mayo de 2011

DERROTA

Las elecciones municipales del pasado domingo deparan un nefasto resultado en el ámbito autonómico español y en el ámbito municipal. En Galicia también aunque con matices notables. De un lado por la menor pérdida de votantes en relación con la media, probablemente derivada de la ausencia de elecciones autonómicas en el territorio y por tanto de una menor polarización ideológica de las elecciones municipales. De otra porque se han producido algunos resultados destacables: incremento de la representación socialista en Vigo y Ourense como ejemplos más notables, aunque también en otros municipios menores. Con esas excepciones, el resultado global es pésimo.

Y además hay varios casos de desastre notable. El más representativo, y para quien escribe el más doloroso, la pérdida de la capital coruñesa, tras 28 años de gobierno socialista y de una ejecutoria llena de actuaciones meritorias y algunas espectaculares. Una ciudad que fue espejo de los gobiernos municipales españoles y referente en algunas actuaciones.

¿Por qué se perdió Coruña cuando en Vigo se mejoró? Anotemos que la gestión del Alcalde Losada fue buena, con muchas acciones, grandes, no tan grandes y pequeñas. Con una Administración eficiente y moderna, con un equipo razonablemente cohesionado. ¿Entonces?

Sin duda pesaron tres factores cuyo peso relativo se puede medir indirectamente. De un lado la tendencia general, contraria al PSOE. De otro, el desgaste de una larga gestión. Pero también los errores cometidos: nula renovación de la candidatura y del mensaje, indiferencia ante temas de gran impacto ciudadano como la pérdida de Caixa Galicia (véase Galicia gana Coruña pierde y Economía coruñesa), agravios innecesarios en la tramitación del Plan General de Ordenación Urbana con más de 20000 reclamaciones, conflictos previsibles como en Nuevo Mesoiro, en General Sanjurjo, ... y la propia coalición de gobierno, que cosecha un castigo notable, tres concejales menos cada formación.

Opiniones de personas ajenas a la ciudad pero conocedoras de su realidad coinciden con muchos residentes en identificar una pérdida de liderazgo de la ciudad, y en especial el abandono del coruñesismo de la época de Francisco Vázquez, cemento aglutinador de sensibilidades muy diferentes unidas por un modelo común de ciudad.

Es tarde para lamentarse pero no para reiniciar el proceso que debe llevar al socialismo coruñés a la hegemonía que nunca debió perder. Para hacerlo es necesario un cambio de rumbo, más ideas, más voces y más integración en un proyecto de futuro. Los primeros pasos tras la derrota no son halagüeños y nada sería peor que una división profunda de la organización local. A quienes la dirigen les corresponde ofrecer la salida a una situación crítica.


1 comentario:

  1. Deseo, por el bien de la ciudad, que la cordura y la sensatez estén presentes en las decisiones a tomar por nuestros representantes progresistas, después de un detallado, desapasionado y realista análisis de la situación. A Coruña, con su historia de ciudad liberal y moderna, no puede resignarse a entrar en una etapa de retroceso y freno de su desarrollo en todos los ámbitos, y más en la durísima etapa que nos toca vivir. No es momento de ajustes de cuentas ni de personalismos. Es momento de aporte de savia nueva unida a la experiencia de los que han demostrado la buena gestión realizada en tantos sectores. Adaptación de las ideas socialistas al nuevo ritmo que nos marca el gran cambio que ya se ha producido en toda la sociedad occidental.

    Carlos G. Mazaira - A Coruña

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