sábado, 9 de agosto de 2014

PODEMOS NO ES EL PROBLEMA

Un gran número de comentaristas de prensa están saludando con alborozo la tendencia creciente que las encuestas atribuyen a la nueva formación Podemos. Entre ellos muchos  que colaboran en los medios más defensores del pensamiento conservador. En paralelo, el CIS detecta hasta ocho puntos de diferencia del PP sobre el PSOE. Ambos fenómenos se explican mutuamente. El nuevo grupo político no inquieta a la mayoría conservadora, ni siquiera compite directamente con ella. Como ninguna medida sobra, la facción más radical de los conservadores, liderada por Esperanza Aguirre, ya ha iniciado una campaña contra el nuevo grupo, tratando de cohesionar a su ya estable electorado.

Podemos está compitiendo directamente y de forma muy deliberada, con la izquierda clásica, PSOE e IU. A ésta porque ocupa su espacio electoral claramente y al socialismo porque es la única alternativa real de gobierno. Para hacerlo trata de mantener la ambigüedad programática el máximo de tiempo posible y reducirse a esloganes o titulares efectistas: casta, corrupción, "otra forma", etc. Mientras enarbola unos principios básicos de amplio espectro: populismo, radicalismo, participación y, de forma inicialmente sorprendente, España.

Que el populismo de todos los signos tiene recorrido, se acaba de constatar en todos los países europeos, donde las candidaturas antieuropeas, radicales o extremistas, de distinto color, han obtenido resultados históricos.

Pero Podemos no es la causa que provoca desafección en otros electorados, sino una consecuencia política de la crisis económica y de la crisis política, de credibilidad y en parte de legitimidad, que atenaza a la sociedad. Hay indicios de que el PP ha captado los mensajes y que acelerará las reformas que le interesan.

 La primera entrevista del nuevo SG socialista, Pedro Sánchez, avanza enfoques nuevos de política económica e ideas claras sobre otros asuntos. En la medida que esas primeras ideas se transformen en propuestas firmes, viables, creíbles estaremos en el camino de recuperación electoral. El calendario es favorable, pues los próximos  comicios serán locales y autonómicos (éstos en 13 CCAA) y por tanto la política de proximidad y el perfil de los candidatos tendrá mayor peso en los resultados. Elegir a éstos mirando hacia fuera de la organización y no solo a los grupos de presión internos, puede representar la diferencia entre buenos y peores resultados. De nosotros depende y no de otros por mucha atención que ahora reciban.

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