Hagamos de la necesidad, virtud. El procedimiento elegido para la reforma permitiría modificar casi todo el texto constitucional, en concreto: los derechos y deberes de los ciudadanos, los principios rectores de la política social y económica, las garantías de las libertades y derechos fundamentales, las Cortes generales, el Gobierno y la Administración, el poder judicial, la organización territorial del Estado.
De modo que debates eternos como el Senado, la estructura administrativa y judicial, las competencias territoriales, pueden solventarse con rapidez si hay un grado suficiente de consenso en la dirección de los partidos o una contundente indicación del exterior. Es una mala imagen de la soberanía y no será la última.
No todo es negativo. La capacidad de diálogo y acuerdo de los dos principales dirigentes políticos españoles, habitualmente muy enfrentados entre sí, es una buena noticia. Si la situación es desesperada, parece que es posible entenderse. ¿Se podría haber hecho antes?
Claro que se podía,pero hasta que se le ven las orejas al lobo,nadie opta por el acuerdo,priman intereses electorales y en este pais,los Partidos Politicos, tenemos que mirar más alto. Yo tambien sería partidaria de hacer algunos cambios más aprovechando esta reforma
ResponderEliminarSe podría, y se debería, haber hecho antes y, especialmente en temas importantes como los referidos a la estructura territorial, las funciones del Senado, el Tribunal Constitucional, que nace cojo con la redacción de nuestra Constitución. ¿Estamos seguros de que los líderes de los dos principales partidos se han puesto de acuerdo?
ResponderEliminarEl procedimiento elegido sienta un gravísimo precedente que, tal vez, la ceguera política actual nos impide ver pero que, sin duda alguna, tendrá consecuencias, y no positivas, para nuestro país.
Sería, tal vez, interesante reflexionar acerca del procedimiento que se seguiría, por ejemplo en Francia, si la UE le pidiese la realización de una reforma constitucional de tal calibre.