sábado, 21 de julio de 2012

INTERNET

Un texto profusamente distribuido informa de las muchas maravillas realizadas por el Gobierno de Hollande en los primeros 56 días de gobierno en Francia. Una carta contundente, presuntamente firmada por José Luis Sampedro, contra el Presidente Rajoy. Otro texto, con firma de un conocido tertuliano, ilustra con profusión de cifras del escándalo del gasto público improductivo en España. Son sólo tres ejemplos de los muchos documentos similares que todos los usuarios de la Red, recibimos habitualmente. Tienen algo en común, son falsos.

Ni Hollande adoptó las medidas que se dicen, probablemente porque está abordando problemas de mayor envergadura y desarrollo, ni Sampedro insultó zafiamente ni el tertuliano afina en las cifras. Pero son textos rebotados indefinidamente y que se retroalimentan en innumerables comentarios.

¿Cómo distinguir esas falsedades?. No hay un procedimiento seguro, pero si algunas reglas básicas:
1- Desconfiar de los textos apocalípticos. La realidad, siendo dura, es también compleja. Los textos apocalípticos, que necesitan redondear sus argumentos, son fácilmente distinguibles.
2- Los textos con muchos datos y sin fuentes conocidas, que permitan un cotejo elemental, no son fiables.
3- La coherencia de las cifras. Aunque algunos textos afirmen que hay dos millones de empleados públicos colocados discrecionalmente, o 400000 políticos en España o 23 aeropuertos sin pasajeros, el sentido común permite una fácil comprobación. Un mínimo manejo de estadísticas en la red, también.
4- El origen de los documentos. Firmar es acreditar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario