Ni Hollande adoptó las medidas que se dicen, probablemente porque está abordando problemas de mayor envergadura y desarrollo, ni Sampedro insultó zafiamente ni el tertuliano afina en las cifras. Pero son textos rebotados indefinidamente y que se retroalimentan en innumerables comentarios.
¿Cómo distinguir esas falsedades?. No hay un procedimiento seguro, pero si algunas reglas básicas:
1- Desconfiar de los textos apocalípticos. La realidad, siendo dura, es también compleja. Los textos apocalípticos, que necesitan redondear sus argumentos, son fácilmente distinguibles.
2- Los textos con muchos datos y sin fuentes conocidas, que permitan un cotejo elemental, no son fiables.
3- La coherencia de las cifras. Aunque algunos textos afirmen que hay dos millones de empleados públicos colocados discrecionalmente, o 400000 políticos en España o 23 aeropuertos sin pasajeros, el sentido común permite una fácil comprobación. Un mínimo manejo de estadísticas en la red, también.
4- El origen de los documentos. Firmar es acreditar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario