Algunas imágenes son históricas. La de Pasionaria acompañada de Alberti, con Carrillo y otros dirigentes del exilio en la primera sesión de las Cortes democráticas de 1977, expresa la fuerza del cambio político. Los exiliados durante cuatro décadas, que fueron objeto de persecución y vilipendio sin límite, sentados junto a dirigentes del franquismo, para iniciar una nueva etapa.
Comparativamente las imágenes de la primera sesión de la actual legislatura no pasan de divertidas. Que la estrella de la sesión haya sido un bebé, que además recibió un voto para presidir las Cortes, indica sentido del humor. También del espectáculo. Para los medios importa tanto la anécdota como la sustancia. Una tendencia que lleva a la sobreactuación: en Alemania los Verdes entraron en el Bundestag llevando macetas a los escaños y definiéndose como el partido "antipartidos". Quince años más tarde dirigían la política exterior en coalición con socialdemócratas y liberales. La política italiana, siempre más creativa, ha tenido como diputados radicales a Toni Negri, ideólogo de las Brigadas Rojas, Doménico Modugno o Cicciolina, conocida actriz porno. Sin olvidar a Beppo Grillo o al propio Berlusconi, auténtico personaje mediático. El humorista Coluche se presentó a las elecciones presidenciales francesas con una campaña más que provocadora, etc. Y sin ir más lejos la proliferación de camisetas y pancartas en el hemiciclo parlamentario gallego, como en otros autonómicos, ha dejado de ser noticia por frecuente.
Y sin embargo la compleja situación salida de las urnas en diciembre pasado, comienza a ordenarse con inteligencia. La elección de Patxi López como Presidente, persona idónea por su reconocida templanza y capacidad negociadora en el escenario más difícil de la política española, ha sido al menor precio necesario. Ha bastado un acuerdo con Ciudadanos para hacer inviable cualquier otra propuesta. Al tiempo la formación de la Mesa del Congreso ha respetado la mayoría de la Cámara: cinco representantes del centro-derecha por cuatro de la izquierda. Ha dejado sin representación a las minorías nacionalistas, lo que se ha corregido en la Mesa del Senado facilitando la entrada del PNV.
Y ahora se facilita que los grupos nacionalistas puedan constituirse en el Senado, abriendo así espacio para el diálogo sobre el principal problema actual, Cataluña. Dos movimientos impecables del Partido Socialista que indican cambio de rumbo luego de la desastrosa gestión de los resultados cuestionados por algunos Presidentes autonómicos.
Capacidad demostrada pues para el acuerdo con Ciudadanos y nacionalistas. Falta Podemos cuya fatuidad tendrá que dejar paso a la racionalidad. En su seno han comenzado discordias y también planteamientos posibilistas sobre los cuales se podrá construir un acuerdo. Es necesario tiempo para madurar propuestas realistas acordes con la dura aritmética parlamentaria. Y por supuesto rechazar la sobrerrepresentación y financiación escandalosa de quienes concurrieron como uno y ahora quieren actuar como cuatro. Que en el trámite más simple, la entrevista formal con el Rey, tengan que ir acompañados, indica el grado de heterogeneidad, también de desconfianza interna. Por cierto que el monarca ha estado mal aconsejado para no recibir a la Presidenta del Parlamento catalán. Probablemente hubiese sido objeto de algun nuevo desaire pero habría escenificado la voluntad permanente de diálogo que debe caracterizar al Estado.
Y todavía hay más elementos que pueden modificar actitudes. La investigación sobre presunta financiación irregular de Podemos, aquí y aquí, conocida desde hace años, la oscura relación con Irán y Venezuela, que ya le ha costado la carrera política a su principal ideólogo, podría derivar en nuevos problemas fiscales. Quienes hicieron bandera de la "nueva política" comienzan a sufrir en sus carnes. Y todo esto en la primera semana.
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