sábado, 17 de diciembre de 2011

minijobs

Con ese nombre se ha lanzado una campaña de presión para generalizar contratos por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Algo sorprendente cuando ya existen contratos por horas y a tiempo parcial para cubrir diversas demandas laborales.

Lo que ahora plantean la CEOE y las tribunas próximas al pensamiento conservador es más profundo. Al tratar de legitimar las contrataciones por debajo del SMI, persiguen liquidar el papel de éste como indicador de referencia en la negociación colectiva. Pronto los empleos mileuristas serán un sueño. A los numerosos contratos por debajo de ese umbral, particularmente en los trabajos de menor cualificación, se unirán empleos cuya retribución impide vivir autónomamente, provocando el regreso al pluriempleo, como ocurría en los años del desarrollismo.

Al tiempo se lanza un ataque continuado contra los sindicatos, contra la negociación colectiva y de paso contra el empleo público. Es decir, se intenta la deslegalización de la contratación y la supresión de las normas de referencia que impiden la explotación más descarada. Como ya saben muchos trabajadores, en la actual situación de crisis algunos derechos es mejor no ejercerlos: horarios, vacaciones, horas extraordinarias...La respuesta es siempre la misma: ahí fuera hay mucha gente dispuesta a hacerlo.

Retroceder en la protección sindical es regresar a la ley de la selva. Permitir la precarización de las condiciones de trabajo solo lleva al empobrecimiento colectivo. La alternativa no es el maxiparo o el miniempleo que dicen desafortunados dirigentes patronales, sino trabajo digno o explotación. Los eufemismos no ayudan a vivir. La desregulación financiera destrozó muchas economías nacionales; la desregulación laboral lo hará con todas.

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