jueves, 26 de mayo de 2011

15-M AVANZA

En una sorprendente muestra de eficacia las personas instaladas en la Puerta del Sol han concluido un manifiesto de cuatro puntos o reivindicaciones, todos ligados a la política. Frente a los primeros y extensos listados de puntos heterogéneos, la última redacción (véase en EL PAIS) es coherente y además viable. La reforma de la ley electoral, la lucha contra la corrupción, la separación de poderes y el control de los políticos, son propuestas necesarias y asumibles. Desarrollarlas exigirá elegir entre varias opciones posibles para cada una de ellas, pero ese será el debate político en su momento.

Si existe la capacidad para aceptarlas, integrarlas, desarrollarlas y elevarlas a norma legal, un movimiento casi espontáneo habrá logrado objetivos extraordinarios y al tiempo legitimará las reformas.

Aunque sólo consigan a corto plazo introducir en la agenda política la necesidad de esas reformas, la influencia habrá sido manifiesta. Porque indica un elevado grado de consenso en torno a problemas ya identificados en el debate político pero sobre los cuales parece existir preocupación importante en la opinión pública. Además cabe interpretar que los manifestantes no abominan de la política, sino que reclaman otra forma más próxima y transparente de ejercerla.




miércoles, 25 de mayo de 2011

DERROTA

Las elecciones municipales del pasado domingo deparan un nefasto resultado en el ámbito autonómico español y en el ámbito municipal. En Galicia también aunque con matices notables. De un lado por la menor pérdida de votantes en relación con la media, probablemente derivada de la ausencia de elecciones autonómicas en el territorio y por tanto de una menor polarización ideológica de las elecciones municipales. De otra porque se han producido algunos resultados destacables: incremento de la representación socialista en Vigo y Ourense como ejemplos más notables, aunque también en otros municipios menores. Con esas excepciones, el resultado global es pésimo.

Y además hay varios casos de desastre notable. El más representativo, y para quien escribe el más doloroso, la pérdida de la capital coruñesa, tras 28 años de gobierno socialista y de una ejecutoria llena de actuaciones meritorias y algunas espectaculares. Una ciudad que fue espejo de los gobiernos municipales españoles y referente en algunas actuaciones.

¿Por qué se perdió Coruña cuando en Vigo se mejoró? Anotemos que la gestión del Alcalde Losada fue buena, con muchas acciones, grandes, no tan grandes y pequeñas. Con una Administración eficiente y moderna, con un equipo razonablemente cohesionado. ¿Entonces?

Sin duda pesaron tres factores cuyo peso relativo se puede medir indirectamente. De un lado la tendencia general, contraria al PSOE. De otro, el desgaste de una larga gestión. Pero también los errores cometidos: nula renovación de la candidatura y del mensaje, indiferencia ante temas de gran impacto ciudadano como la pérdida de Caixa Galicia (véase Galicia gana Coruña pierde y Economía coruñesa), agravios innecesarios en la tramitación del Plan General de Ordenación Urbana con más de 20000 reclamaciones, conflictos previsibles como en Nuevo Mesoiro, en General Sanjurjo, ... y la propia coalición de gobierno, que cosecha un castigo notable, tres concejales menos cada formación.

Opiniones de personas ajenas a la ciudad pero conocedoras de su realidad coinciden con muchos residentes en identificar una pérdida de liderazgo de la ciudad, y en especial el abandono del coruñesismo de la época de Francisco Vázquez, cemento aglutinador de sensibilidades muy diferentes unidas por un modelo común de ciudad.

Es tarde para lamentarse pero no para reiniciar el proceso que debe llevar al socialismo coruñés a la hegemonía que nunca debió perder. Para hacerlo es necesario un cambio de rumbo, más ideas, más voces y más integración en un proyecto de futuro. Los primeros pasos tras la derrota no son halagüeños y nada sería peor que una división profunda de la organización local. A quienes la dirigen les corresponde ofrecer la salida a una situación crítica.


miércoles, 18 de mayo de 2011

DELINCUENTES

La espectacular detención e ingreso en prisión preventiva, del todopoderoso Director-Gerente del FMI, una de las personalidades mundiales más influyentes, arroja suficientes elementos de interés político.

No sólo porque aflora un historial de asuntos similares sepultados a golpe de talonario o de presiones. Tampoco porque sus escarceos fuesen suficientemente conocidos aunque tolerados, como en el caso de otros poderosos, Berlusconi, el último. Sino porque en paralelo surgen dos datos preocupantes. De un lado las condiciones de la última agresión, siete cargos por delitos sexuales en los que abunda de todo, en especial la condición del poderoso que agrede, humilla y manipula a la víctima, sabedor de que bajo amenaza o prebenda, claudicará ante cualquier demanda. Que en este caso, inicialmente no haya sido así, es un mérito del sistema judicial norteamericano.

Pero hay otro dato más. La afición al lujo desbordante del mandatario internacional. No es primicia. En su día Jacques Attali, presidente del BERD, había sido objeto de acusaciones graves. Como es habitual fueron discretamente silenciadas. Ahora el Director del FMI, potencial candidato a la Presidencia francesa, es eliminado del proceso antes de haberse postulado y no por su conducta habitual, sino porque en esta ocasión no se han podido silenciar los hechos.

Subyace la inquietante percepción de la actuación en franca ilegalidad por parte de los poderosos. La ley como un obstáculo franqueable, nunca como el límite del poder. Que esas conductas, conocidas por los medios desde hace años, hayan sido silenciadas o relegadas a informaciones irrelevantes, no favorece la credibilidad. Si un alto cargo es un delincuente, debe pagar bajo la misma norma que sanciona al más débil de los ciudadanos. Y además debe ser relevado de cualquier función de representación de ciudadanos, directa o indirectamente. Porque si la virtud aun siendo deseable, no es previsible en todas las conductas, el delito debe ser erradicado de forma irreductible.

El poder, lejos de ser una circunstancia atenuante, debe ser un agravante, pues implica voluntad manifiesta de utilizar en beneficio propio lo que sólo es delegación popular. El ejemplo de un ministro alemán, del máximo nivel político, dimitiendo tras ser acusado académica, que no penalmente, de fraude en una tesis doctoral, además de provocar sonrisas en España, es un ejemplo de la capacidad de una comunidad para emitir un juicio moral con consecuencias políticas.

lunes, 16 de mayo de 2011

DEMOCRACIA REAL

Se llama Democracia Real Ya y en tres meses de existencia ha conseguido una asombrosa convocatoria, con decenas de manifestaciones simultáneas en el día de ayer, decenas de miles de firmantes y centenares de colectivos, entidades y grupos virtuales adheridos. Han excluido de sus seguidores a grupos políticos y sindicales pero han elegido el ecuador de la campaña electoral municipal para hacerse oir. Y vaya que lo han logrado.

Hoy la perplejidad en los grandes partidos, principales destinatarios de la crítica, era evidente, aunque han compuesto el gesto y el mensaje. Porque no cabe duda de que se trata de una tendencia, no sé todavía si algo más, que tendrá desarrollo. Para cualquier observador de la red, la abundancia de iniciativas durante los últimos meses, pidiendo el voto en blanco o la abstención, dibujando mapas de corrupción, expresando protestas ante la situación, debía cuajar en algo parecido. Las encuestas del CIS hace meses que miden el descontento, el éxito del panfleto de Stéphane Hessel, http://www.indignaos.com/, seguido con oportunismo del libro Reacciona, de varios autores españoles, indican que existe caldo de cultivo.

Es sabido que de la protesta puntual a la organización estable media un largo camino. Pero es probable que los promotores no deseen una estructura rígida y entrar en el mercado electoral. Sus primeras declaraciones hablan de la creación de un foro ciudadano. Los mensajes censuran la partitocracia, reclaman otra ley electoral, braman contra la corrupción y sobre todo piden trabajo y oportunidades. Un programa razonable, de amplio espectro político.

martes, 10 de mayo de 2011

EL CADAVER DEL ENEMIGO



Se ha abierto un interesante debate sobre las condiciones en las que murió Bin Laden. Si fue en legítima defensa, si estaba desarmado o en actitud hostil. Aunque las fuentes informativas proceden exclusivamente del gobierno norteamericano, se han ofrecido suficientes matices como para suponer que existía el objetivo previo de matarlo. La intervención posterior de Obama parece corroborarlo.

Para quienes censuran esa acción habría sido deseable custodiarlo y juzgarlo, en base a la convención de derechos humanos. Es una hipótesis interesante. Dado que la acción de ataque era clandestina, se deduce que debería ser secuestrado y trasladado a otro país para juzgarlo allí. No está claro si a su país, Arabia Saudí, o al de su residencia, Pakistán. Podría haber sido Estados Unidos (¿Guantánamo?) o la Corte Internacional de La Haya. No sería la primera vez, Eichmann fue secuestrado en Buenos Aires para ser juzgado y ejecutado en Israel. Las posibles salidas jurídicas a esa situación parecen todas conflictivas.

Sin embargo parece que la actuación norteamericana ha estado presidida por una consideración distinta. Frente al ius bellum, que establece las normas a seguir en caso de conflicto bélico, reguladas mediante Convenciones, la guerra de Estados Unidos contra Al Qaeda no puede encuadrarse bajo las reglas aplicables a los conflictos entre Estados. Parece moverse en el ámbito de los nuevos conflictos: un Estado se enfrenta con una constelación de grupos unidos vagamente por un análisis común y sobre todo por el ejercicio de la violencia terrorista. Aunque en el conflicto se utilizan técnicas y equipo de guerra, en Afganistán por ejemplo, también tienen lugar acciones como la que se comentan.

¿Es posible aplicar las convenciones vigentes en una guerra de esas características?. Sin duda, algunas reglas son necesarias, para evitar, por ejemplo, el escándalo de Guantánamo, donde la tortura ha sido legalizada y los derechos humanos suspendidos sine die, creando un preocupante vacío legal. Pero ¿existe el concepto de combatiente como lo conocemos tradicionalmente?. Bin Laden probablemente no lo era, aunque en todas sus imágenes exhibía armas. ¿Debe entonces ser juzgado o bien se entiende que está en el campo de batalla ? La cadena de decisiones del Gobierno americano parece clara.

Y sobre las fotos del cadáver, el libro de Giovanni de Luna aporta suficientes argumentos contrarios así como sobre la utilización de la violencia y la muerte en el mundo contemporáneo. No es lectura para personas pusilánimes.